La literatura del rapto

Marcela Carranza

¿Dónde radica el salvajismo de la literatura?

 

Habla de:
Censura ● Infancia ● Literatura como desvío ● Literatura como lugar de conocimiento ● Peter Pan ● Rapto de la comodidad ● Utilitarismo didáctico
D. W. Winnicott ● G. Montes ● G. Rodari ● J. J. Saer


Marcela por Marcela: La rebelión de la rosa

Para contarles un poco acerca de mí voy a copiar aquí un poema de la poeta argentina Alejandra Pizarnik:

una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos

Por un lado desconfío de todo aquello que no se hace con pasión, especialmente desconfío de mí misma cuando he perdido la pasión al hacer algo. Esto en todos los planos, tanto el profesional como el personal. Por otro, estoy bastante convencida de que el arte, y la contemplación, que es una forma de arte, son actos de rebeldía. Creo que por eso leo literatura (es uno de los motivos, supongo que no el único) y me hace feliz mostrarle a otros lo que puede hacer la literatura con nosotros. Pero también amo el cine, y la música, y la hora de la tarde en que las formas se empiezan a disolver, y conversar con un amigo, o acariciar a mi hijo… y tantas otras formas en las que podemos ser partícipes de la belleza del mundo.

La primera parte del poema de Pizarnik, tiene que ver, según mi lectura, con buscar nuevas posibilidades al mundo, ver las cosas desde lugares insospechados, rebelarnos ante la rutina de ver y hablar del mundo según formas repetidas y ya establecidas.

Claro que esto no agota la lectura de este poema, por suerte, y en otro momento diría otras cosas sobre él. Igual de inexactas.

Trabajo como profesora en profesorados de formación docente y allí doy la asignatura de literatura para niños y un taller de escritura literaria, también co-coordino junto a Roberto Sotelo y Marta Polimeni, una biblioteca especializada en literatura infantil y juvenil: la Biblioteca Juanito Laguna.

Esta biblioteca tiene la particularidad de pertenecer a uno de los sindicatos docentes de la Ciudad de Buenos Aires. Con Marta y Roberto estamos felices de haber fundado una biblioteca para niños en el sindicato de los maestros, y estamos convencidos de que eso es algo importante.

Durante muchos años tuve la suerte de colaborar en la Revista Imaginaria, que quizá hayan podido consultar alguna vez. Fue una experiencia muy gratificante y me permitió aprender muchísimo, lo cual , creo, es la mejor manera de trabajar. También fui profesora durante nueve años en un postítulo de literatura infantil que se impartió desde la escuela de capacitación docente de la Ciudad de Buenos Aires. Allí también aprendí mucho y pude trabajar en equipo con personas que ponían pasión y compromiso en el trabajo.

Sigo pensando que la escuela es una gran ocasión (utilizando las palabras de Graciela Montes) para que las personas tengan la oportunidad de dejarse “raptar” por la literatura desde la niñez y la juventud. Creo que la lectura literaria en la escuela, como experiencia estética, puede hacerle mucho bien a la escuela, puede (aunque esto parece bastante difícil) subvertir formas de relacionarnos con los niños, formas de concebir el aprendizaje y la enseñanza, de concebir los modos posibles de conocer. Quizá por ello admiro tanto el pensamiento de un gran maestro: Gianni Rodari, quien hace ya muchos años habló sobre esto.

No tengo mucho más para decir. Como el gato de Cheshire nunca supe muy bien hacia dónde debía ir, pero traté de guiarme por lo que pensaba y sentía (tampoco nunca supe muy bien separar esas dos cuestiones). A veces me fue bien, a veces me fue mal, pero siempre llegué a alguna parte. Además de la pasión, me gusta la aventura, no creo demasiado en las planificaciones, ni en las clasificaciones, ni en las definiciones, ni en todo aquello que para brindarnos una supuesta seguridad, nos limita. Me gusta cuando Borges dice en una conferencia suya muy hermosa (El enigma de la poesía) que nos equivocamos cuando creemos que no sabemos de algo si no lo podemos definir. Que aquello de lo que más sabemos es aquello que posiblemente no podremos definir. Lo dice mejor, claro, pero prefiero hacer la cita a partir de mi recuerdo de ella.

Juan José Saer dice que la experiencia estética es uno de los modos más radicales de libertad. Y también que el escritor es el guardián de lo posible. Todas estas ideas me parecen maravillosas, y creo que intuitivamente a veces, y otras a partir del trabajo reflexivo, han ido guiando mi tarea y mi vida. De esto hablaré en la clase, que por suerte puse también por escrito, porque seguramente saldrá mejor por escrito que en la grabación.

Me detengo aquí para no aburrirlos y de corazón les digo que es para mí un placer estar con ustedes en este trayecto de formación.

Un abrazo pleno y me alegra de estar aquí con ustedes.
Marcela Carranza