Entrevista con Helena Morillas, finalista del Premio labEmilia 2016 de ilustración

Entrevista con Helena Morillas

finalista del Premio labEmilia 2016 de ilustración

Helena Morillas Rodríguez es ilustradora y maestra española. Estudió en Florencia, donde vivió durante dos años. Barcelona hoy es su casa.

Para ella, los niños son la fuente más grande de inspiración: aún ven el mundo con ojos de magia. Trabaja casi siempre con acuarela líquida y tinta china, “un trabajo muy artesano”.

Su proyecto Seis Días fue finalista del Premio LabEmília de Ilustración.

“Un trabajo muy artesano”

Vida de ilustradora

En Florencia empecé a dibujar en la academia Rossotiziano con un profesor increíble. Siempre me había encantado dibujar y escribir, pero en la universidad estudié mi otra gran vocación: magisterio infantil. En Barcelona comencé a especializarme en ilustración infantil hace cuatro años en la Academia Taure, también con buenos profesores, que aún hoy me acompañan y aconsejan en mis proyectos. Cuando empecé ilustración el primer año hice ilustraciones no específicas para infantil. Poder seguir este proceso progresivo me ayudó mucho para aprender unas buenas bases.

Otro factor no menos importante ha sido poder combinar la dedicación como ilustradora con mi otra profesión como maestra y educadora en las escuelas. Una se alimenta de la otra y, aunque dedicarme tan intensamente a dos cosas haga que invierta una buena cantidad de tiempo y energía, eso hace que encuentre mucha creatividad tanto en una faceta como otra, ya que están unidas por hilos invisibles. Los niños son la más grande fuente de inspiración: aún ven el mundo con ojos de magia.

Los proyectos

Hace dos años publiqué en Barcelona mi primer álbum ilustrado en catalán: “Jo sé bufar” (“Yo sé soplar”, la historia de un camaleón que en vez de cazar moscas solo sabía soplar). Este libro me inspiró el hecho de que actualmente las sociedades van muy rápido. Se pretende que los niños sepan hacerlo todo desenfrenadamente. Eso provoca mucha frustración y niños tristes. Con este sistema no se contempla la individualidad de cada uno: quiénes somos. Tampoco se deja brillar a cada niño por lo que es, por sus auténticas vocaciones o capacidades. Al final de esta historia el camaleón no aprende a cazar moscas, pero en cambio sabe brillar con su auténtica vocación: soplar.

Seis días

El proyecto apareció una tarde cuando vi un documental bastante antiguo que me tocó de lleno. Es una historia real de un padre con sus dos hijos (niña y niño) que cruzan el Himalaya durante seis días para poder llegar a la escuela. Me pareció increíble por los lugares que tenían que pasar. Había mucho esfuerzo y dificultad, pero también mucha belleza y paz. Me pareció que debía hacer una historia, con aquellos personajes y esos paisajes preciosos. Así que me fui a Nepal. Y encontré algunos de esos caminos  y pueblos perdidos, parados en el tiempo. Encontré una escuela y niños sonrientes. Seis días está escrito en primera persona para que el lector decida si el protagonista es la niña o bien el niño. Es una historia circular: empieza y termina en los mismos escenarios. El misterio es hacia dónde se dirigen en ese viaje. Los detalles son esas realidades mágicas que solo pueden ver los ojos que contemplan con atención.

Fuentes de inspiración

Mis fuentes de inspiración son casi todas las cosas: los niños (claro), los viajes, los animales y también la cotidianidad que me parece más que una rutina una fuente de mil descubrimientos. Trabajo casi siempre con acuarela líquida y tinta china. Un trabajo muy artesano. ¡Soy un desastre en ilustración digital! La acuarela me permite aprender mucho, porque cada vez que la utilizo se comporta de forma distinta: guarda una relación estrecha con el agua, que es un elemento que me encanta.

Lecturas

Estoy leyendo la saga de Elena Ferrante. Por otra parte, últimamente he leído mil versiones de la Caperucita roja, ya que estoy realizando una investigación sobre el cuento oral.

Finalista del Premio LabEmília

¡Me he sentido demasiado feliz de poder vivir la experiencia de ser finalista en un premio! Muy agradecida.

Futuro

Sigo con muchas ideas de ilustrar más historias. Colaboro con dos personas más ilustrando canciones populares catalanas, ¡un proyecto que me está encantando!